Oda a la glorieta de Bécquer
Nace un nuevo concepto de leyenda
y el nuevo poeta, que no escribe
es un ángel mensajero de piedra
conmemora las palabras del que aún vive
En la vieja tierra en que han chocado
espadas como Tizón y cimitarras
ciervos e hijos, se han enfrentado
de Yahveh y de Allah, en colosal batalla
viejo recuerdo que hoy es roca dura
lo que se ha perdido y perdurado
eso eres, solemne escultura
un gris cenotafio lánguido y apagado
Porque igualas en tu pena al bardo
aunque sea tu andar estacionario
en tu vacío, simbolizas ¨algo¨
antes poeta eres ahora legendario
Como hacen el poeta o el juglar
sólo evocas lo que ya se ha dicho
así, al dedicarte este cantar
es al poeta, oh puente, al que me dirijo
Eso que has plasmado es profecía
yo mismo, con mi pluma, te he robado
infinita es pues mi elegía
de imitar débilmente lo que has labrado
En esa cándida y negra glorieta
que luce en el parque María Luisa
su blanco y sombra, cada faceta
rememora tu alma, voz que aún hechiza
Un solitario ciprés de los pantanos
que junto a tres pétreos centinelas
que el amor tiene entre sus manos
aún hoy lloran acongojados tus tragedias
Como Beatriz que llora a Alonzo
vejada y carcomida por la culpa
y gimiendo entre largos sollozos
le ruega, aunque inútilmente, sus disculpas
tal como augurabas, abandonado
y ahogado en fieros remolinos
es tu obra sangre, es gran legado
son los verdes ojos que persiguen los perdidos
Hoy se siguen posando las golondrinas
oscuras, que anidan de a montones
junto a las figuras femeninas
que del amor y del olvido son los balcones
te rodean largos caminos de flores
como aquellos que recorrió Ofelia
insensata y cantando canciones
inconsciente camina, ciega de la miseria
Así es hoy la gente en su inercia
como aquella leve brisa bélica
sigue en lo que debe, casi necia
sistemática, camuflada e histérica
Aún hoy, los jóvenes enamorados
que, intuyo, quizás no han entendido
dejan flores, sus sueños más dorados
descansar en el amparo de tus pies sombríos
08 - 04 - 2020
Markku Leottinsson, 2021